Así lo recalcó el productor del interior de la provincia del Chaco y referente del Partido Comunista, Rubén Billa, a la hora de reflexionar sobre la reciente maniobra que hizo la Presidencia Milei con las retenciones a granos y carnes, al tiempo que analizó la situación que atraviesa el sector y la matriz productiva de nuestro país.
Vértigo, desconcierto, improvisación y avivadas que rozan lo delictivo son algunas las características que tuvo una semana en la que, en su desesperada corrida por conseguir dólares, el gobierno eliminó las retenciones a todos los granos, así como a las carnes bovinas y avícolas hasta el 31 de octubre o hasta que las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior alcanzaran los siete mil millones de dólares. Sólo un par de días después, y luego de que un puñado de cerealeras liquidaran esa suma como anticipo de sus ventas, volvieron las retenciones, con lo que los grandes productores, acostumbrados a imponer las reglas de la especulación, quedaron con la boca abierta mirando cómo el negocio pasaba por delante de sus narices.
Queda claro que la supresión de retenciones fue una medida con la que el tándem Milei-Caputo buscó paliar los efectos de una corrida que es un capítulo más, aunque seguramente no el último, de la aplicación de una política basada en el despilfarro de divisas para beneficiar a un sector muy concentrado de la timba financiera y perpetrar una transferencia regresiva de riqueza, así como una reconversión de la matriz productiva y social que, si tiene éxito, va a convertir a la Argentina en una suerte de factoría. Al margen de la contradicción puntual sucitada entre los “farmers” gringos y la patronal del campo argentino, quienes compiten con sus productos por las mismas plazas de exportación, queda claro también que el anuncio del gobierno de los Estados Unidos, dispuesto a “salvar” la economía argentina con 20 mil millones de dólares, profundizará este mismo proceso de concentración de la riqueza, con los conocidos costos a pagar por las grandes mayorías.
Rubén Billa es productor del interior del Chaco, en Quitilipi, y referente provincial del Partido Comunista, y en esta entrevista para Nuestra Propuesta brinda su opinión al respecto de lo sucedido esta última semana.
* Apenas se supo sobre la decisión de eliminar temporalmente las retenciones usted salió a fijar postura al respecto
* Lo que dije entonces, pasaron pocos días pero parece que fue hace un montón, fue que el gobierno pronorteamericano de Milei, Caputto y Sturzeneger había suprimido las retenciones a las exportaciones agropecuarias hasta el 31 de octubre, provocando una perdida de mil ochocientos millones de dólares al Estado Nacional y que lo hacía beneficiando a las seis grandes empresas exportadoras que son Cargil, Bunge, Louis Dreyfus, Viterra, Cofco y ADM.
Pero también dije entonces que la supresión de los derechos de exportación es anticonstitucional, porque viola lo dispuesto por el artículo 75 inciso 1, que establece que corresponde al Congreso legislar en materia aduanera estableciendo los derechos de importación y de exportación.
* En ese contexto usted también le apuntó a la Sociedad Rural Argentina
* Por supuesto, porque la Sociedad Rural Argentina es una vieja enemiga de nuestro pueblo y, como era de esperar, aplaudió esa decisión que por otra parte era atentatoria del mentado equilibrio fiscal y privaba al Estado de recaudar los impuestos que deben gravar la renta de la tierra. Pero asimismo, porque esa medida se llevaba a cabo cuando los chacareros y productores de granos ya se habían desprendido de la cosecha, siendo las agroexportadoras las únicas beneficiarias de tal decisión que tal como quedó demostrado pocos días más tarde, significó otro despojo de la riqueza de la Nación, de este mismo gobierno que llora porque se le acabaron los dólares y se desprendió de la totalidad de las reservas y les regaló a los ingleses el oro del Banco Central. Por lo que las elecciones del próximo 26 de octubre, tienen que ser utilizadas por nuestro pueblo para propinar una dura derrota electoral y preparar la derrota definitiva de esta política entreguista que esta llevando a la ruina a nuestro país.
* Usted es muy concreto al señalar que esto fue una maniobra
* La medida de suprimir las retenciones, no cobrar impuestos hasta cubrir siete mil millones de dólares, a los únicos que beneficia es a las cinco o seis grandes exportadoras. Ahora el supuesto beneficio que tenía el Estado Nacional, que era el ingreso de siete mil millones de dólares, también es una falsa ilusión porque esa suma no entra en concepto de impuestos, sino que son liquidaciones que hacen las empresas que obviamente deben hacer ingresar esos dólares al Banco Central, pero nada les impide que al otro día vayan y compren esos mismos dólares. Al Estado le van a ingresar, pero así como entran se van porque en definitiva no ingresan en concepto de impuestos, algo que por decirlo de alguna manera representaría una ganancia para el Estado Nacional.
* Pero además la medida tuvo un rebote internacional que al parecer el gobierno no previó
* Es lógico, porque esto provocó la preocupación en EE.UU., porque en el conflicto que mantienen con China, los chinos aprovecharon para proveerse de una buena cantidad de toneladas de soja que dejaron de comprar a productores estadounidenses, perjudicándolos. Y esos productores yanquis representan buena parte de la base social que tiene Donald Trump, por eso es que Scot Besst aprieta a Javier Milei que en menos de tres días recula en chancletas y el viernes nos desayunamos con que se acabó la medida.
Pero además de los chinos de Cofco otros beneficiarios fueron las empresas transnacionales exportadoras de granos que durante esos tres días liquidaron, esto es, las estadounidenses Archer, Bunge y Cargill, además de la francesa Dreyfus.
* ¿Cómo funciona el mecanismo de las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior?
* Se trata de la expresión que, ante el fisco, hace una exportadora que es en realidad la que intermedia entre quien produce el grano y aquel que lo compra desde el extranjero. Es como un acto de fe por parte del fisco que acepta que la empresa en cuestión va a pagar retenciones por lo que ella misma declara.
Entonces la semana pasada, en sólo dos días y apenas tocando un botón, meced al Decreto 682/2025, estas empresas presentaron Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior por operaciones que antes no había declarado pese a que ya habían hecho e incluso por otras que van a hacer más adelante, porque una resolución reciente de la Secretaria de Agricultura les otorga un año de gracia para materializar la venta que ya declaró.
* Y en el tendal de los perdedores quedan los productores
* Por supuesto, los productores en definitiva no van a recibir ningún beneficio porque ya se habían desprendido de la existencia de soja e incluso para algunos que pudieron vender el incremento lejos estuvo de ser de ese veintiséis por ciento que correspondería por la diferencia que deja la baja de las retenciones, ya que se limitó a no más de un diez por ciento.
* Sin dudas hay en todo esto una maniobra poco clara que debería ser investigada judicialmente, pero esto también habla de la improvisación con que actúan el gobierno
*Así es, porque si hubieran rebajado simplemente la alícuota y en lugar de cobrar el veintiséis por ciento cobraran por ejemplo el quince, al menos habrían podido ingresar algo a las arcas estatales, pero en este caso el Estado resignó procurarse un ingreso sin nada a cambio, simplemente con la esperanza de poder manotear siete mil millones de dólares para mostrar que Milei y Caputo estaban en condiciones de enfrentar la corrida que hizo que en una semana vendieran más de 1.100 millones de dólares que eran de todos los argentinos. Y, encima, de esta manera son siete mil millones que en poco tiempo se van a mandar a mudar nuevamente, por lo tanto no sirve para nada lo que hicieron, ni siquiera para ese proyecto de juntar algo de dólares, porque son ingresos golondrina. No se apropiaron ni de un dólar con toda esta maniobra que han realizado.
En cuanto a la responsabilidad penal, ya se ha presentado una denuncia en el Juzgado Federal a cargo del Dr. Sergio Torres, por delitos que van desde subversión económica, malversación de caudales públicos, cohecho, incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento y Traición a la Patria.
Y, por supuesto, el gran perjudicado de esta historia es el erario público del Estado Nacional que se ve privado de ingresar una cantidad importante de divisas, algo así como dos mil millones de dólares que hubieran tenido que ingresar en concepto de retenciones y que ahora se diluyeron con esta maniobra producto de la improvisación o quizás de un acto deliberadamente delictivo.
* Pero más allá de todo esto ¿resulta viable una supresión de las retenciones a granos y carnes?
* Suprimir las retenciones, aunque sea temporalmente, entre otros efectos, provocará el aumento del precio en el mercado interno del maíz, el trigo y la soja, pero también de las carnes y otros derivados. Porque, al no haber retenciones, se provoca un aumento automático en los precios del maíz, soja, sorgo que son los insumos que se utilizan para la crianza y engorde de vacunos, cerdos, y gallinas. También el aumento del precio del trigo se traslada al precio de la harina, fideos, pan. Además se han suprimido las retenciones a las carnes vacunas, porcinas y avícolas, que implicará un aumento de esos productos en la canasta familiar.
Nosotros hacemos una parte de la producción de ganado en feed lot y para el cierre compramos maíz. Lo estábamos comprando a 230 mil pesos la tonelada y al suprimirse las retenciones me lo pasaron a vender a 280 mil pesos, esto es un veinte por ciento más. Yo soy productor de carne y entonces debo aumentar el precio de lo que vendo y lo mismo pasa con la soja que se utiliza para balanceados para pollos y cerdos, pero también para el aceite comestible. Al suprimirse las retenciones aumenta el precio para toda la cadena de valor que arranca por esos productos.
Esto duró tan poquito tiempo, no porque Milei haya visto las consecuencias nefastas que tendría tal medida sino porque EE.UU. se la paró y, entonces, por suerte no alcanzó a tener una gran incidencia. Pero está claro que el gobierno no dudó en ir por ese lado, lo que sienta un antecedente muy peligroso. Por eso es que las retenciones deben regularse por ley y la tierra debe beneficiar a quien la trabaja.
* ¿Y cómo se logra eso?
* Una herramienta fueron, por ejemplo, la Junta Nacional de Granos, la Junta Nacional de Carnes y el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (Iapi), que eran organismos estatales que garantizaban precios justos a los productores y fomentaban la equidad en la distribución de los ingresos agrícolas. Y con el Iapi, particularmente, se convertía parte de la riqueza proveniente del sector primario en infraestructura y riqueza en el sector secundario de la economía con el consiguiente aporte a la industrialización y fortalecimiento del mercado interno. Se trataba de instrumentos de soberanía.
Pero la disolución del Iapi con el golpe de Estado de septiembre de 1955, y posteriormente las de la Junta Nacional de las Carnes y la Junta Nacional de granos con la Presidencia de Carlos Saúl Menem, provocó un proceso de concentración en unas pocas empresas que se quedaron con las exportaciones por las que obtienen beneficios desproporcionados. A esta calamidad se suma la entrega de los puertos y el comercio exterior lo que junto a la ausencia del Estado a la hora de ejercer el control, fomenta la subfacturación y triangulaciones con Paraguay y Uruguay para evadir el pago de derechos de exportación, tal como quedó evidenciado cuando reventó el caso Vicentín.
* Muchos de los que ahora se quejan porque el gobierno los puenteó, son los que argumentan que las retenciones son un sistema perverso porque grava a la producción
* Ahí hay una lucha por el sentido común que debemos dar. Es un caso parecido a lo que pasó cuando pese a que había dejado un tendal entre los propios productores, muchos salían a manifestarse con carteles que decían “todos somos Vicentín”. Pero los derechos de retención no son un impuesto a la producción, sino un gravamen sobre la renta de la tierra. Es preciso que los productores reciban un precio justo que cubra los costos de producción y asegure una ganancia que sea razonable, pero está claro que no nos representan la Sociedad Rural Argentina y otras entidades que ahora se lamentan porque el gobierno los pasó de largo con lo de las retenciones. Esas organizaciones representan principalmente a grandes terratenientes y no a los chacareros medianos y pequeños que tenemos otros intereses y otros problemas muy diferentes a los de ellos. La tierra debe beneficiar a quienes la trabajan y, por eso, cualquier medida económica o legal que afecte a los productores debe respetar los marcos legales establecidos, evitando decisiones unilaterales que perjudiquen al Estado y al sector productivo.
Derrotado Milei, lo más pronto posible, el gobierno popular que lo suceda debe tomar como medida urgente y prioritaria la de recuperar el Paraná (mal llamada Hidrovía). Hay que recuperar el Río Padre y sus puertos, y reorganizar la Junta Nacional de Granos que se constituya en la única institución que realice las exportaciones de cereales como soja, maíz, sorgo, trigo. De tal manera, será el Estado Nacional el encargado de las exportaciones y el de fijar los precios internos de la producción agrícola, garantizando precio mínimo y sostén para los productores. Que a su vez serán precios diferenciales para cada zona del país, de tal manera que el agricultor del Chaco, Formosa o Santiago del Estero recibirá un precio mayor por su trigo o maíz que el que recibe un productor de la Pampa Húmeda. Hoy día es exactamente al revés.
* Entonces si la tierra debe beneficiar a quienes la trabajan, la cuestión de fondo sigue siendo de quién es esa tierra
* Lo que produce la tierra debe beneficiar a quien la trabaja. Y también al conjunto de nuestro pueblo. Tenemos que avanzar en la comprensión de lo que significa la función social de la tierra. El Gobierno Popular que suceda al de Milei debe avanzar en la limitación de la apropiación privada de la Renta de la Tierra. Una de las medidas postergadas desde que somos una nación es la Reforma Agraria, que debe terminar con los latifundios de terratenientes de Argentina, como Grupo Benetton (Italia), con cerca de 902 mil hectáreas, Cresud (Argentina) de Eduardo Elsztain, con más de 538 mil, el Grupo Wallbrook (Reino Unido), con 480 mil o la familia Urquía, propietaria de la empresa AGD, que posee alrededor de trescientas mil hectáreas.
La función social de la tierra tiene que ver con una comprensión humanista e incluso cristiana de la propiedad de la tierra. Esos grandes latifundios se han formado gracias a las mercedes reales que el reino de España otorgaba a los conquistadores españoles. Luego a la “Ley de Enfiteusis” de Rivadavia, que fue el primer endeudador del país y regaló millones de hectáreas a la naciente oligarquía porteña. Después vino la llamada conquista del desierto, por lo que nuestros pueblos originarios fueron masacrados y privados de su posesión originaria de la tierra. Por ello el concepto debe ser que la tierra es para el conjunto de nuestro pueblo y para el que la trabaja. Debemos avanzar en la disminución progresiva de la Renta de la Tierra, de la que hoy se apropian sólo un reducido número de empresas latifundistas y grandes propietarios rentistas.