Esto es lo que el pueblo de la ciudad de Santa Fe le dijo el sábado pasado a Javier Milei. “Hay una gran bronca contra el gobierno nacional que se extiende entre la mayoría de las personas”, sostuvo el dirigente del Partido Comunista local, Rubén Sala y candidato diputado nacional por el FAS.
Poco antes de que le pasara lo mismo en Paraná, del otro lado del río, Javier Milei no pudo dar un paso más allá del férreo cordón de uniformados que lo rodeaba, cuando el sábado pasado llevó su campaña electoral hasta la ciudad de Santa Fe, donde lo esperaba una manifestación que protestaba contra las políticas de su gobierno que, además, acabó siendo ferozmente reprimida por personal policial, lo que dejó un saldo de cuatro personas detenidas.
Ayer, previo a su baño de aplausos en el ambiente sumamente controlado por las distintas fuerzas de seguridad en el acto del MoviStar Arena de Ciudad de Buenos Aires, también quedó claro que al presidente se le vuelve muy difícil andar por la calle, donde una convocatoria de la que participó el PC de CABA se acercó hasta la inmediaciones del microestadio del barrio de Villa Crespo para manifestarle su repudio. Estos escraches, tal como quedó explicitado durante las últimas semanas en Lomas de Zamora, Corrientes, Ushuaia y el sábado en Paraná y Santa Fe, ya son la marca distintiva de esta campaña electoral.
En la capital santafesina Milei tuvo que acotar su recorrida al trayecto que va desde el aeropuerto hasta la empresa Newsan y de allí al hotel Los Silos para esquivar las protestas por su llegada. Por lo que tuvo que limitarse a dar un discurso fugaz desde el hotel que lo refugió.
“Convocamos a la Plaza del Soldado, a unos cien metros de donde Milei tenía previsto hacer su acto, y la verdad es que pensábamos que íbamos a ser pocos, pero para nuestra sorpresa se superaron las expectativas porque fue impresionante la cantidad de gente que hubo”, sostuvo desde el Partido Comunista y el MTL de la capital santafesina, Rubén Sala, quien también es candidato a diputado nacional por el Frente Amplio por la Soberanía (FAS).
Con Milei refugiado un hotel ubicado en una de las zonas más caras de Santa Fe, quienes protestaban fueron a su encuentro por peatonal San Martín y en ese trayecto dieron con algunos mileístas, por lo que hubo algún incidente que no pasó a mayores. “Esto demuestra que hay una gran bronca contra el gobierno nacional que se extiende entre la mayoría de las personas, porque acá el sábado sin que se haya organizado realmente, la concurrencia a repudiar a Milei fue contundente”, reflexionó Sala y con sinceridad indicó que “los titulares de los diarios, como siempre, dijeron que fuimos la izquierda la que rechazó la presencia de Milei en Santa Fe, pero la verdad es que la mayor parte de quienes estuvieron eran personas que fueron por la suya”.
Queda claro que lo de Santa Fe no fue un caso aislado, lo que habla de un clima social que está diciendo basta, algo que se pronuncia con el rechazo que despertó todo lo sucedido en torno a la situación que involucra a José Luis Espert, Fred Machado y Javier Milei, lo que está generando también un desencanto cada vez mayor entre muchos de los que apenas dos años atrás lo apoyaban y le daban su voto. “Esto está siendo un cóctel que se le pone muy peligroso al gobierno”, advirtió el candidato a diputado nacional por el FAS y subrayó que “si no buscan una salida a esta verdadera olla a presión, la cosa puede ser muy crítica porque así como estamos ya no se puede seguir viviendo, porque los índices de miseria y necesidades que atravesamos los sectores populares alcanzan niveles inimaginables que empeoran día tras día”.
En ese sentido, encendió luces de alarma cuando añadió que “todo parece demostrar que este gobierno no está dispuesto a abrir una válvula de escape, que podría ser un aumento de las jubilaciones y para los empleados públicos, además de la convocatoria urgente a paritarias libres”. Por el contrario, consideró Sala, que “lejos de eso Milei aprieta cada vez más el torniquete, por lo tanto la cosa se está volviendo muy peligrosa para nuestro pueblo ”.
Pobreza y narcotráfico
A la acuciante situación social que se vive en las barriadas más empobrecidas de la periferia de la capital provincial y entre amplios sectores de la clase trabajadora santafesina, Sala le agrega la preocupación que representa el avance narco. “En Santa Fe tenemos un gobernador que cuando era funcionario de Miguel Lifschitz, protagonizó un episodio nunca del todo esclarecido, por el que en 2014 fue investigado por abrir una computadora portátil que era de Luis Medina, un empresario rosarino con antecedentes por narcotráfico que acababa de ser asesinado”.
En tanto que aseguró que el narco sigue creciendo y “si bien es cierto que en Rosario se frenaron un poco los casos de delitos de sangre, eso es porque hay un acuerdo con los narcos, pero ellos continúan actuando libremente”. Al tiempo que denunció que “en la ciudad de Santa Fe no había paco porque no existían cocinas, que son las que producen como subproducto a esa sustancia que es letal, pero ahora ya se ve ese veneno que convierte a los pibes en zombies que viven perdidos, con todo el drama que eso trae, porque además detrás de cada uno de esos chicos hay una familia que no sabe qué hacer”.
En este contexto, los doscientos mil dólares que recibió Espert de parte de Machado aparecen como un verdadero insulto para quienes viven la realidad cotidiana que describe y contra la que lucha Ruben Sala. “Hace muchos años acusábamos a los gobiernos que eran corruptos porque arreglaban con grandes empresarios y ahora esto es totalmente peor, porque es el narco llegando hasta las instancias más elevadas del Estado y con una creciente capacidad para actuar en los barrios más marginados, donde el gobierno nacional cortó todo tipo de asistencia y entonces el narco actúa como un Estado paralelo”, denunció el dirigente del MTL y el PC.
Por lo que remarcó que “resulta preciso hacer frente a esta situación tal como lo viene haciendo Carlos Del Frade, uno de los pocos dirigentes que planteó que si se quiere acabar con el narco, hay que ir por la trazabilidad del dinero que surge de la narcoproducción y el narcotráfico, algo que se hace poniendo recursos por parte del Estado, pero también valor y convicción política”.