En París y en el resto de Francia los trabajadores marcharon para decir basta al plan de recortes que impone Emmanuel Macron. El Partido Comunista Francés dijo presente y plantea una alternativa al ajuste.
“Este 18 de septiembre comienza un gran movimiento de apropiación social”, recalcó el Partido Comunista Francés (PCF) al celebrar la huelga convocada por los principales sindicatos durante la jornada de ayer, que alcanza al transporte, el sistema de educación y otras dependencias de la administración pública, así como del sector privado para protestar contra el ajuste que lleva a cabo el gobierno encabezado por Emmanuel Macron que, ante esto, decidió desplegar un amedrentador esquema de miles de policías que invadieron las principales calles de Paris y otras ciudades.
“Jóvenes, asalariados, desempleados, jubilados, con más de un millón de personas participando en las 260 manifestaciones, cientos de miles de huelguistas en el sector público y en numerosos sectores privados, es un gran movimiento de apropiación social que comienza hoy”, describió el PCF y saludó a las organizaciones sindicales que organizaron “esta potente movilización que fue posible gracias a su trabajo sobre el terreno y en el marco intersindical”, así como “a todos los trabajadores que se declararon en huelga”.
En tal dirección, advirtió que el flamante primer ministro, Sébastien Lecornu, pero también el presidente Macron “y los empresarios deben escuchar el mensaje que se expresó en las calles del país”, que demanda “detener la regresión social” y que “se derogue la reforma del sistema jubilatorio”. Entre las exigencias también figuran un “urgente aumento salarial” y que se adopten medidas “de justicia fiscal”, es decir una reforma que haga que quienes tienen más paguen más impuestos.
Al respecto, el PCF dijo que es preciso “debatir un pacto para el futuro de Francia, con un plan de gasto público, formación, contratación e inversiones en la industria y los servicios públicos por valor de quinientos mil millones de euros en los próximos cinco años”, que se viabilice “a partir de un fondo de anticipo financiado por el sector bancario público existente”.
Ya que, destacó, “es hora de reparar a Francia tomando el control de la producción y dándole a nuestro país una voz independiente para la paz”, por lo cual convocó “a la construcción de otro presupuesto para responder a las necesidades y desafíos sociales del siglo, a fortalecer la democracia social a través de nuevos poderes de intervención para los trabajadores y que el gobierno respete la democracia parlamentaria”. Al respecto, subrayó que resulta preciso que “juntos, con los trabajadores movilizados, las fuerzas sindicales y comunitarias y las fuerzas políticas de izquierda, construyamos una alternativa de progreso y de paz para Francia”.